La Fundación Isadora Duncan trabaja desde sus inicios en favor de la autonomía económica de las mujeres, previniendo situaciones de violencia económica
La trayectoria de la Fundación Isadora Duncan, en cuanto a la prevención de la violencia económica contra las mujeres, se inicia en el año de su creación, 1984, con la implementación de actividades y acciones de formación en el ámbito de la gestión económica del hogar en sus programas de acogida para mujeres y familias víctimas de violencia de género, en sus acciones formativas, actividades y talleres, así como también con las intervenciones y reivindicaciones que se recogen en prensa a lo largo de toda su historia.
El propósito es firme: fomentar y fortalecer la autonomía económica de las mujeres en todos los ámbitos de sus vidas.
Desde entonces hasta nuestros días, la entidad desarrolla actividades y acciones con objetivos comunes en este ámbito de formación económica, trabajando desde dos perspectivas: la activista, en la que se reclaman derechos económicos y se visibilizan las desigualdades que sufren las mujeres y las familias monoparentales a la hora de acceder a ayudas sociales, entre otros recursos; y la formativa, creando y desarrollando talleres, acciones, jornadas y coloquios que tienen como objetivo conseguir la correcta económica de las mujeres.
Para plasmar la realidad de todas estas acciones e iniciativas, las hemos recogido en esta línea temporal, con la intención de poner en contexto uno de los objetivos actuales del programa Prevención Violencia: luchar contra la violencia económica que sufren las mujeres y sus familias.
Es importante comprender que la dependencia económica que sufren muchas mujeres por distintas causas, las impide ejercer sus derechos humanos básicos, provocando inestabilidad no solo económica, como es obvio, sino también emocional y social. Alcanzar su autonomía económica implica tener la capacidad de ser proveedoras de sus propios ingresos, de decidir cuál es la mejor forma de hacerlo y conocer y priorizar los gastos asociados a la vida cotidiana. Para ello, es necesario comprender cuestiones como el acceso a suministros, entender contratos de alquiler o hipotecas, conocer el estado de las cuentas bancarias y las cláusulas de los seguros, así como tener conocimiento de los ingresos y gastos fijos que se producen en el hogar, entre otras cuestiones.
Esta es una de las actuaciones que la Fundación Isadora Duncan desarrolla desde sus inicios, trabajando desde la educación financiera básica para prevenir así situaciones de violencia económica hacia las mujeres y sus familias.
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«Es imprescindible saber de dónde venimos para saber a dónde vamos”
María García, presidenta de la Fundación Isadora Duncan